TEMA: “VIDA NUEVA ENTRE LOS FRAILES MENORES”


SALUDO A LA COMUNIDAD REUNIDA.


Canto de entrada:


En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. 

R/Amén


P/ Loado seas mi Señor por tu siervo Antonio de Padua.

R/ Y benditos sean los hermanos y hermanas de esta parroquia, que queremos seguir a Jesucristo  imitando su ejemplo.

 

REZO DEL SANTO ROSARIO


Tema: “VIDA NUEVA ENTRE LOS FRAILES MENORES”


Lectura bíblica. Evangelio según san Lucas. 12,4-7


A ustedes mis amigos les digo que no teman a los que matan el cuerpo y después  no pueden hacer nada más.  Yo les indicaré a quien deben temer: teman al que después de matar tiene poder para arrojar al infierno.   Si, les repito, teman a ese.

¿No se venden cinco gorriones por dos monedas?  Sin embargo, Dios no olvida a  ninguno de ellos.  En cuanto a ustedes hasta los pelos de su cabeza están todos contados.  No tengan miedo, que ustedes valen más que muchos gorriones.

P/ Palabra del Señor.

R/Gloria y honor a ti Señor Jesús.


Datos biográficos de San Antonio

Contemplados  los cuerpos de los primeros frailes martirizados en Marruecos el 16 de enero de 1220, Bernardo, Otón, Pedro, Acurcio y Adyuto,  Fernando ya no se siente bien en la abadía  agustiniana, anhela una vida nueva, donde la fe no fuera una cómoda rutina, sino una acción del espíritu arriesgada y fecunda.  Un día los Hermanos Menores que se habían establecido en el vecino eremitorio de Olivais, llamaron a la puerta de la abadía pidiendo limosna; Fernando aprovechó para revelarles su decisión: abandonaría los agustinos para unirse al movimiento de los Menores y partir como misionero hacia Marruecos, donde esperaba derramar también él su sangre por Cristo.  Obtuvo con muchas dificultades los permisos necesarios, vistió el hábito de los Hermanos Menores (Franciscanos) y dejó para siempre la abadía de Santa Cruz.  Para cortar con el pasado cambió de nombre y por eso lo conocemos como   ANTONIO.  Después de una breve preparación se embarcó con destino al África (San  Antonio de Padua, Datos históricos, P.4) 

Partió para Marruecos, pero se enfermó.  En el viaje los vientos lo llevaron a las costas Sicilianas, ahí se dirigió a la Porciúncula, donde se estaba celebrando el Capítulo General de Pentecostés de 1221 y conoce personalmente a San Francisco de Asís.


Se pone al servicio de fray Gracián, provincial de la Romaña (circunscripción franciscana que abarcaba todo el norte de Italia).


Éste lo envió durante un año al eremitorio de Montepaolo (cerca de Forli) para que se fortaleciese antes de encomendarle alguna misión de apostolado. A mediados de 1222, ya con buena salud, predicó en la catedral de Forli (sin haber preparado previamente sus palabras, pero con gran profundidad) con ocasión de unas ordenaciones de franciscanos y dominicos.


Su provincial le nombró predicador y le encargó ejercer su ministerio por todo el norte de Italia, donde se extendía por muchos lugares la herejía del catarismo. Recorrió así, enseñando por numerosos lugares. Su labor catequética en Rímini en 1223, por ejemplo, fue difícil, pero sus exhortaciones y discusiones públicas acabaron teniendo éxito, logrando convertir entre otros a Bononillo, obispo cátaro. A finales de este año o principios de 1224 estuvo también en Bolonia, enseñando teología a otros frailes franciscanos en el convento de Santa María de la Pugliola; fue el primer maestro de la orden, recibiendo para ello el permiso de San Francisco, que le escribió una carta llamándole "mi obispo".


Hacia 1224 o 1225, sus superiores lo trasladaron al sur de Francia, donde los albigenses tenían más fuerza que en Italia. Su método para combatir la herejía consistió en llevar una vida ejemplar, en charlas con los no creyentes y en catequesis para fortalecer la fe de los cristianos. Prosiguió su enseñanza teológica en Montpellier (donde se formaban los franciscanos y dominicos que iban a predicar en la región) y Tolosa (ciudad con fuerte presencia albigense), además de ser guardián del convento de Le Puy-en-Velay (al oeste de Valence y Lyon) y, desde el capítulo de Arlés de 1225, custodio de Limoges. Como tal estableció la residencia de los franciscanos de la ciudad en una antigua ermita benedictina y fundó un convento cerca de Brieve.


La muerte de San Francisco el 3 de octubre de 1226 le obligó a viajar a Asís, como custodio de Limoges, para asistir al capítulo general que debía elegir nuevo ministro general; éste tuvo lugar el 30 de mayo de 1227, siendo elegido fray Juan Parenti. Buen conocedor de la valía de Antonio, le nombró provincial de Romaña. Muy querido por sus frailes, recorrió los lugares de su provincia donde había conventos franciscanos; uno de ellos fue Vercelli, donde predicó en la catedral con gran impacto y conoció al teólogo y canónigo regular Tomás Galo.


También por entonces debió estar durante estancias largas en Padua, donde fundó una escuela de franciscanos y comenzó a escribir una serie de sermones. Fruto de su labor fue el aumento de las misiones de predicación y la fundación de numerosos conventos. En el capítulo general de 1230, reunido con ocasión del traslado de los restos de San Francisco a su basílica de Asís, pidió a Parenti que le retirase el cargo, a causa de su mala salud.

El general aceptó su renuncia a cambio de formar parte de una comisión que debía presentar al papa Gregorio IX varias cuestiones sobre la regla franciscana que el pontífice debía estudiar y aprobar. Ante él y la curia romana predicó por entonces Antonio, siendo escuchado con entusiasmo: el papa lo llamó "Arca del Testamento". Es posible que colaborase en la redacción de la bula Quo elongati, respuesta a los problemas planteados por la orden al pontífice.  (www.biografias y vidas. Com)

 

 

Del discurso del Papa Francisco a los frailes reunidos en capitulo General de Pentecostés,  2015

La minoridad llama a ser y a sentirse pequeños delante de Dios, confiando totalmente en su infinita misericordia.  La perspectiva de la misericordia es incomprensible para cuantos no se reconocen “Menores”, esto es, pequeños, necesitados y pecadores delante de Dios.  Cuanto más seamos conscientes de esto, tanto más estamos cercanos a la salvación; cuanto más estemos convencidos de ser pecadores, tanto más estamos dispuestos a ser salvados.  Así sucede en el Evangelio: las personas que se reconocen pobres delante de Jesús vienen salvadas; quien no reconoce tener necesidad  no recibe la salvación, no porque no se le ofrezca, sino porque no la quiere acoger.  Minoridad significa también salir de si mismo, de los propios esquemas y visiones personales; significa andar más allá de las estructuras que son útiles pero que son usadas sabiamente, ir más allá de las hábitos y la seguridad, para testimoniar la concreta cercanía a los pobres y necesitados, a los marginados, en un auténtico comportamiento de compartir y de servicio.


Antonio ha seguido a Cristo entre los Agustinos pero escucha la voz del Espíritu que lo lanza a vivir una vida más pobre y sencilla detrás de las huellas del pobre de Asís que sintió en su vida a ir por el mundo sin nada para el camino, solamente con el corazón y la confianza puesta en Dios, viviendo entre los pobres, los leprosos y anunciando la paz y el bien.


OFRENDA: 

Cada  persona lleva una tau dibujada y adornada creativamente.


PETICIONES:

La comunidad hace sus peticiones


Padre Nuestro  Ave María  Gloria Responsorio de San Antonio


Pueden darse la paz.

 

Oración Final:


Oh glorioso San Antonio de Padua, acudimos  a vos en esta Novena guiados  por el ejemplo incomparable de tu vida que llenaste de santidad, para que seas nuestro  santo protector y dejes caer sobre cada uno de nosotros  una mirada de bondad, implorando en favor nuestro,  la misericordia divina.  Ayúdanos  a hacer fructificar la gracia de  nuestro  Bautismo, enséñanos a que, a ejemplo tuyo, amemos  y sirvamos  a Dios.  Protégenos mientras vivamos y asistenos a la hora de la muerte, a fin que tenga la dicha de cantar eternamente con vos las alabanzas de la augusta Trinidad.  Tu que intercedes ante Dios y él nos concede sus milagros, concédenos la gracia que pedimos si todo es para bien de cada uno y salvación nuestra y para mayor gloria de Jesucristo nuestro Señor que vive y reina por los siglos de los siglos.  Amén.


Canto final